Mis agradecimientos a todas mis compañeras que siempre tienen la palabra precisa en el momento justo, el apoyo sincero. Gracias a mi profesora Liliana que siempre ha sabido crear un grato ambiente, gracias por la paciencia para explicar una y otra vez la técnica, mi gratitud a Jacqueline que en los ratos de descanso también me enseña, y por el libreto tan poético que escribió, a mi tocaya Marisol que fue a vernos, nos brindó su apoyo y nos sacó fotos, a Paty que desde la distancia siempre estuvo con todas nosotras, a todas nuestras familias que fueron a disfrutar de este maravilloso arte. Sin duda, "Sueños de Oriente" quedará grabado por siempre en mi corazón, especialmente por lo que significó mi "Danza de Manaar".
