lunes, 11 de enero de 2010

Msafer de Mohamed Abdel Wahab

Mi Primer Taller de Danza Árabe



Les cuento que por primera vez asistí a un taller de Danza Árabe, perdón me corrijo, fueron tres talleres, los mismos que había anunciado días atrás: “Movimientos redondos y quebrados”, “Brazos y manos” y “Marcaciones y disociación”.

La experiencia fue grandiosa, quizás porque conocía a las profesoras y su gran profesionalismo, la gran paciencia para enseñar y corregir a cada alumna.

Mis dos grandes maestras Liliana y Jacqueline, cada una con su particular forma de enseñar, de motivarnos, de hacernos sentir hermosas por dentro y por fuera, de encantarnos con cada uno de los temas seleccionados, de lograr con su simpatía y encanto que cada una de nosotras ponga el alma y el corazón en cada movimiento.

Definitivamente, esta danza es mágica, es una danza capaz de terminar con todo tipo de malestar o dolencia y lo digo por experiencia propia, en mi caso, hace varios años atrás me diagnosticaron lordosis, escoliosis y discopatía, se supone que éstas no tienen remedio…bueno, la verdad es que todos los días terminaba mi jornada laboral con la espalda en la mano, hasta que Jacqueline me invitó a la Academia de Talentos de Rancagua, fue allí que comencé mis clases con Liliana, ya voy a cumplir dos años y todas mis dolencias y achaques DESAPARECIERON.

¡¡¡Cómo no estar agradecida!!! Hasta rejuvenecí, soy otra, más esbelta, más delgada, más curvilínea, pero eso es lo que se ve por fuera, lo importante, es también lo bien que me siento por dentro, llena de energía positiva, contenta, feliz y realizada.

Para Liliana y Jacqueline vayan mis FELICITACIONES y AGRADECIMIENTO, tal vez no dimensionan EL GRAN EFECTO MÁGICO de sus enseñanzas.



Vientre de Luna en imágenes

Bab 'Aziz: El príncipe que contemplaba su alma


WebIslam Sobre un desierto avanzan dos figuras, una niña llamada Ishtar y su anciano abuelo ciego, un sufí llamado Bab'Aziz. Buscan la gran reunión de derviches que tiene lugar cada treinta años en un sitio desconocido al que se llega con fe y escuchando el silencio del desierto. El abuelo entretiene a su nieta contándole cuentos, como el del príncipe que se pierde en el desierto y se convierte en derviche tras contemplar en el agua su alma. Abuelo y nieta se cruzan en el desierto con Osman, que sufre por volver a ver a una bella mujer que encontró una vez en el fondo de un pozo; y con Zaid, cuyo canto hizo que recuperara la belleza que había perdido.

Encuentro con hombres notables